Lo bien hecho bien parece y, si es con mucho amor y compromiso ambiental, mucho mejor. Al menos, así es como yo veo la vida y mi trabajo. Por eso preparo con tanto mimo cada detalle. Entregaros unas fotos preciosas es fundamental, ¡por supuesto!, pero también importa cómo hacerlo. ![]() No sé si sois tan ansiosos e impaciente como yo, pero como no quiero que nadie espere más de lo necesario, en cuanto tengo vuestras fotos editadas y terminadas, os envío un enlace para que podáis verlas y descargarlas A LA DE YA. Pero hacerlo sólo de esta manera no va conmigo, necesito que las tengáis físicamente, que las podáis palpar. No siempre las queréis en papel (aunque eso cambiará en cuanto conozcáis lo alucinantes que son mis impresiones, próximamente) así que, al menos, quiero que tengáis un pendrive bonito y único con vuestra sesión. Le di mil vueltas a cómo conseguir que algo tan tecnológico como un pendrive pudiese ser tan natural, rústico y orgánico como yo quería. Llegué a la conclusión de que, la única vía era hacerlos yo misma. Y ¡eso hago! Recojo ramas caídas que encuentro en el bosque o restos de poda y, con la ayuda de mi padre el manitas, hago unos pendrives preciosísimos, absolutamente únicos y en los que todo es natural menos el propio núcleo del USB. Me vuelven loca, os lo aseguro, ¡y a vosotros también os encantan! Además, con una etiqueta y un poco de cordel, os lo personalizo con todo el amorcito. Y ya con vuestro pendrive listo, con esa preciosa sesión guardada en él, sólo queda buscarle algo bonito que lo proteja. Para ello, tengo dos opciones y uso una u otra según me vaya apeteciendo así que, ¡sorpresa! Por supuesto, ambas son chulísimas y ecológicas. La cajita de cartón que monto en casa y que decoro con una hoja de ginkgo (de esas que recolecto en otoño como una loca) suele ser mi primera opción porque es taaaaaaan bonita. Me gusta mucho muchísimo. Otras veces no tengo hojas de ginkgo de un tamaño adecuado o el pendrive es más grandote (ya sabéis, cada uno es un mundo) y es cuando opto por el saquito. También es súper bonito y, además, ¡reutilizable! Los sello yo misma en casa, para minimizar el uso de tinta. Siempre que puedo hacer las cosas yo, lo prefiero, porque así controlo todo el proceso y me aseguro de ser lo más sostenible y respetuosa con la naturaleza que puedo ser. Es verdad que es un trabajo que lleva tiempo, materiales y mucha dedicación, pero me alegra el corazoncito y creo que suma, que realmente os llega. Y eso me da la vida. <3 Y hasta aquí por hoy, ¡nos vemos en una semana!
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Sobre míSoy fotógrafa, bióloga, inquieta y friki. De todas esas cosas, y alguna más, os hablaré por aquí. Temas
All
|