Hoy vengo con una buena parrafada y por eso recupero AQUÍ la entrada en la que os lo contaba en vídeo, por si se os hace más apetecible escucharme (y verme) que leerme. ;) La ecofotografía, fotografía ecológica o fotografía sostenible, no es más que la prolongación de mi estilo de vida a mi propio negocio. Cuidar cada detalle para trabajar de una manera responsable con nuestro planeta. Y, ¿en qué se traduce a nivel práctico? Te lo cuento :). Por ejemplo, en cuanto al atrezzo que utilizo en las sesiones, no incluyo, bajo ningún concepto, plásticos, globos y demás artículos de un solo uso. Utilizo materiales como madera, algodón orgánico, papel reciclado y elementos naturales. La mayoría lo hago yo misma, con materiales reutilizados o reciclados. Cuando compro, trato de hacerlo siempre a artistas y artesanos locales que trabajen también de manera respetuosa con el medio ambiente. En mis sesiones, que mayoritariamente hago en la naturaleza, siempre aprovecho para hacer un poquito de "ruta guiada", hablando de la flora, la fauna y la importancia de cuidar nuestro entorno. Además de fotógrafa soy bióloga, y creo firmemente en que la educación ambiental y los gestos que marcan la diferencia pueden darse diariamente, aunque sea en pequeñas pildoritas. Mis entregas son también totalmente eco: bolsas de algodón, cajitas de cartón reciclado, cordones naturales, hojas secas recolectadas... ¡hasta hago yo mis propios pendrives con ramas caídas! Son preciosos y lo único que no es natural es el propio núcleo de metal del USB. En cuanto a mis fotografías impresas, cuento con un laboratorio que también trabaja bajo estándares ecológicos. Tanto el papel en el que imprimen como el material con el que hacen las cubiertas de los álbumes, en distintos acabados, son reciclados. Imprimen a doble cara, lo que evita el uso de pegamentos para unir las dos páginas de una hoja. Los fotolibros tampoco se pegan, sino que se cosen a mano con hilo de acero. Las tintas superan las normativas en cuanto a uso de agua y residuos químicos. Llevan un laminado que hace a las impresiones resistentes a líquidos, arañazos, ¡incluso puedes pintar con rotu y borrarlo con disolvente! Todo esto hace que su calidad sea altísima y, de hecho, tienen garantía de por vida. No sólo se producen de manera sostenible sino que las propias copias o álbumes no serán nunca un residuo en sí mismos. Además de estos álbumes de laboratorio, preparo unos álbumes artesanales, de los de pegar las fotos de toda la vida, con muchísimo mimo y que quedan preciosos. No siempre es fácil encontrar la manera de trabajar de manera ecológica, pero todo el esfuerzo vale la pena y no podría hacerlo de otra manera. Es mi compromiso de vida y me encantaría que fuese una muestra de que es posible, de que se puede trabajar siguiendo unos principios de respeto y sostenibilidad. Cada acción cuenta.
Espero que os haya inspirado un poquito y, ¡hasta la semana que viene!
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Sobre míSoy fotógrafa, bióloga, inquieta y friki. De todas esas cosas, y alguna más, os hablaré por aquí. Temas
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