De verdad de la buena, necesito que me toque la primitiva. Es vital que pueda escaparme con frecuencia y alojarme en casas rurales. Son una fuente infinita de localizaciones y de inspiración. Sobre todo si tiendes a la obsesión por lo antiguo y abandonado, como yo. El pasado fin de semana nos fuimos un grupo de amigos a tierras aragonesas para conocer Belchite. Si un lugar, además de ruinas, tiene psicofonías e historias terroríficas, se hace destino imprescindible. Llevaba la idea de hacer varias fotos entre las ruinas del pueblo viejo pero, como no me entero de nada, no sabía que el acceso estaba limitado a las rutas guiadas. Hicimos la ruta diurna y la nocturna y, personalmente, salí de ambas muy impactada. Ese sitio impresiona muchísimo. Lo malo es que no pude hacer ninguna de esas fotos que tenía en mente, que fue una pena porque aquello, sobre todo de noche, es espectacular. Peeeeeeeeeeeeeeero, aún quedaba la casa rural en la que nos alojamos. Se llama La Paridera y allí nacieron cuatro fotos, así que el nombre, al final, le vino al pelo. La que encabeza esta entrada y ésta de aquí debajo, las hice en una casita abandonada que había justo enfrente, a la que había que entrar por un hueco lateral ya que, como véis, la puerta estaba atrancada con una viga.
Estoy deseando volver a fugarme y ver qué nuevos lugares encuentro!!!
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